En ocasiones, sentimos que nuestra vida está como en piloto automático, nos encontramos con la rutina y adicional a ello en un estado de confort que llegado determinado momento, nos hace cuestionarnos, sobre qué nos está pasando?,aparentemente todo marcha bien pero falta ese sabor a la vida, ese sabor de libertad de elección, ese vivir de otra manera.
Aunque habría que mirar si existen factores a nivel transgeneracional o heredados por proyecto sentido que nos están condicionando en un desarrollo pleno de nuestras vidas, no podemos olvidar que solo nosotros tenemos la solución a nuestros conflictos. Es importante tomar consciencia de lo que nos está sucediendo y pasar a la acción, ejecutando las decisiones que hayamos establecido para un cambio real en nuestras vidas.
Aquí te propongo pasar a la acción y establecer nuevas pautas en tu vida que con la constancia se irán convirtiendo en rutinas positivas para ti, obteniendo resultados fabulosos.
1. La vida es un juego de luces y de sombras.
No establezcas clasificaciones entre bueno y malo. Todo lo que te sucede es para que alcances la luz y en ocasiones es necesario pasar por la sombra para que identifiques aquello que te está limitando y puedas solucionarlo. Cuando vives sin la toma de consciencia la vida te atraerá situaciones en tu vibración actual. Son oportunidades para que realices el cambio; aprovéchalas en lugar de juzgarlas.
2. Toma consciencia del conflicto que te está limitando.
Cuando dejamos de mirar hacia afuera y tomamos consciencia de que algo no está funcionando de forma positiva en nosotros, podemos pasar a la acción mediante la toma de decisiones. Es importante dejar de culpar a los demás de lo que nos sucede, ya que ellos solo son un espejo de lo que nosotros tenemos que cambiar. En definitiva, un regalo para nuestra evolución.
Aquí la pregunta clave es Para qué?.
3.Estar en coherencia emocional.
Es importante que exista un equilibrio entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos porque si esto no se cumple vamos a enfermar. Es muy habitual que hagamos lo que los demás desean sin tener en consideración lo que nosotros realmente queremos hacer. A partir de ahora, escucha a tu corazón y sigue sus dictados porque te llevarán hacia la felicidad y el equilibrio. Atraerás a personas que estén en coherencia contigo.
4. Deja atrás tu zona de confort.
Tomar decisiones y pasar a la acción es vital para que se produzca un cambio real en tu vida, saliendo de la zona de confort y experimentando nuevas situaciones y vivencias. Cuando vayas a hacer algo, identifica si es lo mismo de siempre y si es así, haz todo lo contrario.
5. Dejar ir.
Permítete proclamarte independiente emocionalmente de cualquier persona o situación que sea tóxica para ti, deja que se marche desde el amor, agradeciendo todo lo que te enseñado hasta ese momento. Libérate de las relaciones especiales que vienen desde la falta de amor y la desvalorización. Puedes amar desde el desapego.
6. Perdonemos.
Nadie tiene el poder de hacernos daño porque somos nosotros los que nos hacemos daño a través del otro y solo si tomamos consciencia de ello podemos ser libres. No hay nada que perdonar, siéntete en libertad de esta falsa atadura, ya que todos lo hacemos con la mejor intención positiva que somos capaces en cada momento. Cuando conoces esto, descansas porque desaparece la culpabilidad, el miedo y el rencor. Solo el “ego” necesita del perdón.
7. Agradece.
Agradece cada instante que se te da en tu vida porque cuando lo haces desde tu sentir, atraerás a tu vida más situaciones por las que podrás agradecer y esto sin duda; es un regalo. Agradece constantemente, inclusive por lo que crees que no tienes, porque lo descubrirás en ti ya que eres portador de todo lo que necesitas a cada paso. Se te brinda todo lo que puedes gestionar, el universo se encarga de todo.
8.Confía en el fluir de la vida.
Confía en lo que el universo tiene para ti a cada paso que das porque él sabe lo que tú necesitas. Solo tienes que darte a la incertidumbre, sin expectativas, confiando en el proceso de la vida en un fluir constante en su balanceo de acontecimientos.
Cuando sanamos emocionalmente, dejamos de ser víctimas y nos convertimos en responsables de nuestra vida.
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